viernes, 31 de diciembre de 2010

Viajar en tren...

Cuento esta historia porque me divierte mucho reírme de mí misma, nomás.

Iba yo viajando tranquilamente en tren hacia el sur, cuando, como corresponde, me da hambre. Por supuesto, había llegado corriendo a la estación, sin tiempo para comprar nada, así que me resigné a dirigirme hacia el vagón-cafetería, donde cada producto cuesta tres veces su precio de mercado. Pero cuando llego, descubro que la fila era demasiado larga, y yo estaba dispuesta a pagar un dineral por una barra de chocolate, pero no a esperar media hora parada por obtenerla. Decidí ir al baño en ese vagón, y después volver al mío. Al rato, cómoda en mi asiento mientras dormitaba, oigo un comunicado del conductor “Estimados pasajeros, su atención por favor. Alguien olvidó su celular en el baño del vagón-cafetería. Por favor, que el dueño se presente ante el controlador para recuperarlo”. Mis ojos se abrieron inmediatamente y salté de mi asiento como impulsada por un resorte, porque sabía que era mi celular. Sólo que al pararme tan repentinamente, quedó claro para todos que era yo la pelotuda que andaba dejando sus pertenencias en el baño. Y lo quise disimular, haciendo de cuenta que me paraba para recuperar mi bufanda y mi campera. Me las puse, e hice un poco de tiempo, y después sí, me encaminé hacia el vagón del controlador, quien me preguntó de qué marca era mi celular, para asegurarse que no mentía. Por supuesto, me había olvidado de la marca, o quizá nunca la supe siquiera… Entonces intenté describirlo… “Es negro, con pantalla,…” ¡Yo qué sé cómo describir un celular! Creo que me lo devolvió por piedad nomás… 

viernes, 17 de diciembre de 2010

No me arrepiento...

Mi hermano se vino de viaje pedagógico con su clase del liceo precisamente al lugar donde yo estoy, así que me pareció buena idea ir a esperarlos al aeropuerto. Sólo para verlos llegar, recibir a mi hermano, verlo después de tanto tiempo, darle un abrazo y ese tipo de cosas. No mucho más porque el grupo enseguida seguía con el itinerario previsto, las visitas turísticas, los recorridos pedagógicos. Los chicos viajaron con tres adultos del liceo encargados de encuadrarlos. Una de las profesoras, no lo pudo evitar, y lo primero que me dijo al verme, pero lo primero en serio, incluso antes de “Hola” o “Tanto tiempo” o “Qué grande que estás” o “Verdad que vos estás acá”, fue:
-“Te veo a vos y me arrepiento… Porque mi hermana está viviendo acá, y no se me ocurrió decirle que podía venir al aeropuerto a recibirnos”
Y yo después, por supuesto, le conté esto a mi hermanita Pelaya, quien después de reírse un rato me dijo:
-“La gente te mira y siente arrepentimiento”
No sé mucho qué quiere decir ni cómo tomarlo…

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Sms

Mi madre y mi tía me mandan mensajes de texto. Reiterados mensajes de texto. Y cuando no les llega respuesta, ellas se turnan para llamar a la compañía telefónica, al técnico del celular, al Ministerio de Telecomunicaciones a investigar por qué sus celulares no están recibiendo mensajes, y cuán rápido se podría solucionar. Qué se van a imaginar ellas que de vez en cuando, cabe la posibilidad de que haya algún mensaje al que me embole responder…

lunes, 13 de diciembre de 2010

Qué te puedo decir...

Ella es de esas personas que disfruta preguntándole a la gente lo que la gente no quiere que nadie le pregunte.
¿Por qué perdiste el exámen? ¿Cómo que no sabés? ¿Cómo todas tus amigas salvaron y vos perdiste si estudiaron juntas?
¿Cómo ganás tan poco? ¿Pero vos no tenés mucha más formación que él? ¿Pero con tu carrera no se encuentra ningún trabajo más calificado?
¿Cómo que te dejó por otra? ¿Pero esa no es mucho más joven que él?
¿Cómo que no tenés ni un día de vacaciones en verano? ¿No te vas a deprimir sola en la ciudad? ¿No estás muerta de cansancio? ¿No nos vas a extrañar que vamos a estar todos en el balneario?
Y yo soy de esas personas que le quieren pegar a este tipo de personas.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Empanadas made in France

En la residencia universitaria internacional de París el otro día organizaron una fiesta con temática “Argentina”. Y allá fuimos, todos los latinos de París, para sentirnos un poco más cerca de casa, y porque prometía ser una noche divertida. El festejo incluía una música bien tanguera (sí, sí, terminamos bailando tango), y como nunca puede faltar el puestito con venta de comida y bebidas, se improvisó uno. Y para que todos los presentes nos pusiéramos nostálgicos, lo que vendían eran cosas del estilo de Fernet y empanadas de carne (cosas que en Francia no existen, por supuesto). Así que ahí estábamos todos, muy felices, comiendo una a una no sé cuántas empanadas cada uno, y comentando cuán buenas estaban. Y una de las chicas agregó:
-“Sí, están buenas, pero como las de mamá no hay”
Y todos asintieron, pensando en sus respectivas madres y sus respectivas empanadas. Y yo me reí, y nadie entendió por qué, pero es que mi madre, debe hacer 20 años que no hace una empanada…

sábado, 11 de diciembre de 2010

Ahhhhhhhhhhhhhhhhh

Mi padre es tan tierno tan tierno, que tomó doce años convencerlo de que tenía que cambiar el auto que ya tenía doce años. Y es tan tierno tan tierno, que cuando para entregarlo para recibir el nuevo tuvo que lavarlo, lo lavó como nunca antes. Y es tan tierno tan tierno, que cuando lo vio así, reluciente, le dio pena cambiarlo así por uno más nuevo, así que hubo que empezar de nuevo el proceso de convencerlo.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Amaneció nevando en París

Hay gente que dice adorar la nieve. Y yo a ellos les digo:
¿¿De qué estamos hablando?? ¿¿En serio me decís??
Sí, sí, todo muy lindo, muy poético, muy romántico… Las calles cubiertas de blanco, ver desde el balcón como los copos van cubriendo tu ciudad… Precioso. Pero precioso mirarlo por la ventana, con una taza de chocolate caliente en la mano. Sacále una foto y volvé a prender la tele. Tener que ir a la facultad con nieve, hacer mandados con nieve, intentar seguir una rutina con nieve, hacer turismo con nieve, vestirse para un día de nieve, prepararse psicológicamente para un día de nieve… Te lo regalo. Y para el día después del día de nieve, cuando la gente ya caminó sobre nevado, haciendo que la nieve pase de blanca al color de la mugre, y cuando la parte de la nieve sobre la superficie ya empezó a derretirse, haciendo que en algunos lados queden enormes charcos donde la gente mojará el dobladillo de sus vaqueros, y en otros lados capas de hielo extremadamente resbaladizos que representan un peligro digno de ser catalogado tema de seguridad nacional… También te lo regalo.
Y pongo la etiqueta "Viajes con Pelaya" porque fue en boca de ella que oí una de las primeras veces la teoría de que finalmente no es tan claro que esté tan bueno que nieve,  tras uno de nuestros paseos no recuerdo en qué ciudad.

martes, 7 de diciembre de 2010

Déjà vu

Tengo un profesor que empieza la clase, y si alguien llega 5 minutos tarde, toma 20 minutos para explicarle al recién llegado lo que se perdió en esos 5 minutos pasados. True Story.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Tratamiento

Mi madre tiene una manía, que a mí me saca de quicio. Bueno, siendo más exacta, mi madre tiene incontables manías, y la mayoría me sacan de quicio, pero ahora vamos a hablar de una en particular.

Esa manía que tiene de comprar las cosas pensando en que la posibilidad de cambio o devolución está ahí, latente. O sea, si vos vas a la tienda, arrastrás a alguien a que te acompañe, pasás horas probándote y eligiendo lo que más te convence, pidiéndole opinión a tu rehén, aceptando o ignorando su opinión, negociando los planes de pago… no tendría que importar si la prenda tiene o no cambio, ¿verdad? Porque digo yo que se supone que si la deliberación fue tan difícil y meticulosa por lo menos que sea permanente. Pues no. Mi madre llega a casa y se da cuenta de que ay el color en realidad no favorece tanto, ay no sé si este corte es tan elegante, ay no me di cuenta que la semana pasada me había comprado esto que es parecido. Y hay que volver. Volver a la tienda, volver al probador, volver al proceso. Y toda esta descripción es válida para cualquier prenda de ropa, pero también para todo tipo de artículos, sin importar el género (electrodomésticos, ropa de cama, perfumería, artículos de bazar, regalos a quien sea, cosas de papelería, you name it!) ni el destinatario.

Ayer llegó a lo que yo considero su récord personal. Yo fui al médico, y me recetó un remedio. Entonces al salir de la consulta pasé por la farmacia para empezar el tratamiento lo antes posible. Y mi madre me llama poco después, inquiriendo sobre tal medicamento, y tras decirme que según ella hay otro mejor (sí, sí, ella es experta en medicina, en economía mundial, en finanzas, en idiomas, en cine, en meteorología, en calentamiento global,…) agrega:
-“¿No podés volver a la farmacia y ver si no tiene cambio? Estoy segura que te lo cambian, decíles que te equivocaste al leer la receta…”

sábado, 4 de diciembre de 2010

Verano en Ginebra

La gente pelotuda es un recurso inagotable. Cada vez me convenzo más.

Un ejemplo nomás para apoyar mi teoría.

En verano, Ginebra, como muchas muchas ciudades del mundo, se llena de turistas. Y también como muchas muchas ciudades del mundo, se llena de oportunistas que saben que va a haber turistas de quiénes aprovecharse. Este verano logré incorporar a mi rutina la linda costumbre de salir a caminar todos los días (linda costumbre que duró muy poco, como se imaginarán), pero mientras duró pude admirar el siguiente fenómeno. Durante todos los meses de verano, en cada una de las cuatro esquinas de cada cuadra del centro de Ginebra (sin exagerar), se instala un tipo con un mantelito que extiende en el piso, sobre el que pone tres cajitas del tamaño de las de fósforos, y una pelotita más chiquita todavía. La idea es que por una determinada cantidad de dinero (no quise ni averiguar cuánto, pero hay rumores que dicen que son 10 francos suizos, otros 20 y unos pocos van incluso hasta 30) el curioso transeúnte puede participar en el juego de adivinar bajo qué cajita se encuentra la pelotita, después de que el tipo la movió varias veces con las dos manos. La gente que se para a mirar un rato se convence de que es simple, y se dice que lo único que hay que hacer es seguir fijamente con la vista, y sin perderla, a la pelotita. Y listo. Y el tipo promete que si le embocás a la cajita correcta, te devuelve el doble de lo que le pagaste. A mí, mente podrida de nacimiento, esto ya me suena raro. Pero hay gente a la que no, hay gente que participa feliz. Y hete aquí que nunca gana (no me digas…). Resulta que es sabido que estos tipos hacen trampa, cuando mueven la pelotita terminan quedándosela en la mano, y hay otra escondida bajo una cajita cualquiera, o sea que nadie adivinará dónde estaba. Además, siempre tienen uno o dos aliados que hacen de cuenta que participan y que ganan, para esperanzar al público e incitarlos a ganar plata (supuestamente) fácil. Lo que es increíble es que en cada esquina del centro de Ginebra donde se encuentra uno de estos tipos haciendo su show, hay, en todo momento del día, al menos diez personas mirando incrédulas, y claro, participando. Y de vez en cuando, se escucha a alguien pasar por ahí, gritando desaforado e indignado frases nada sutiles en las que aconseja a la gente que se aleja para no ser estafada. Y en las tiendas, en muchos mostradores colgaron fotos de estos tipos haciendo su jueguito, con la inscripción “No se acerque, es una estafa”. Y para los ginebrinos es como un deber ciudadano el correr la bola de que no hay que detenerse ante este presunto entretenimiento.

Lo que yo no entiendo es cómo, con tanta advertencia propagándose por ahí, cada uno de estos tipos logra tener constantemente una decena de espectadores y/o contribuyentes.

No les digo, la gente pelotuda es un recurso inagotable.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Recuerdos de una niñez particular

Cuando yo era chiquita, mi madre se hacía la manicura con Tere, siempre con Tere, la misma Tere que ahora que ya no soy chiquita le sigue haciendo la manicura a mi madre. Y desde que soy chiquita, mi madre y Tere charlan mientras tanto. De todos los temas habidos y por haber. Un día, cuando yo tendría alrededor de cuatro años, mi madre, con las manos en sus respectivos tachitos con agua, me preguntó delante de Tere “No te gustaría ser manicura?”. No me pregunten de qué podrían estar hablando Tere y mi madre que desembocara en tal pregunta, ni por qué a mi madre se le ocurrió hacérmela a mí, tan sólo una niña, ni cuál sería la respuesta que pretendía recibir. Lo único que sé es que yo, que si hoy soy tajante y descontrolada al hablar imagínense como sería a los cuatro años de edad, contesté “No”. Cuando Tere se fue me rezongaron. Y no entendí por qué.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Sra Bibliotecaria

Un recuerdo que me vino así de repente:

Mi hermana y yo, de chiquitas, sacábamos libros y libros de la biblioteca del colegio. De esos llenos de imágenes y colores. Y todos los años, cuando se acercaba fin de año, mi madre nos hacía buscar y buscar todos esos libros, agarraba la pila entera, y nos llevaba al colegio, para que diéramos la cara frente a las bibliotecarias, por supuesto con una caja de chocolates importados de regalo, para que les fuera más fácil perdonar el retraso…

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Bla bla

Una cosa que me molesta es la gente que habla de cosas que no entiende como si las entendiera. La gente que habla sin saber. La gente que habla usando palabras que no corresponden a su edad para tirárselas de joven. La gente que habla con un volumen de voz muy alto. La gente que habla gritando. La gente que habla aunque no haya nadie escuchando. La gente que habla y no es clara. La gente que habla riéndose y no es graciosa. La gente que habla con palabras de otros idiomas sin hablar esos idiomas. La gente que habla una cosa y con la mirada te dice otra. La gente que habla y con las palabras más gentiles te está mandando cordialmente a la punta de un sauce verde. La gente que habla sin distinguir si te interesa o no. La gente que habla sin capacidad de resumir. La gente que habla mientras mastica. La gente que habla mientras hace eso otro. La gente que habla y no sabés si lo dice en serio o no. La gente que habla cuando vos tenés esto que contar. La gente que habla cuando tendría que escuchar. La gente que habla de temas más que hablados.

Ahora que lo pienso, lo que me molesta es la gente que habla. Y punto.

martes, 30 de noviembre de 2010

Ilarilarié

Yo nunca busqué en Internet de dónde bajar canciones del Show de Xuxa y de Flavia Está de Fiesta, las bajé, las puse en mi MP3, y fui cantándolas por la calle...Y sobre todo, yo nunca lo hice a los 22 años.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Venimos de Luxemburgo

Ya les conté de cuando con Pelaya fuimos de excursion a la tumba de Patton en Luxemburgo (si no lo recuerdan, acá está). Lo que no les conté todavía es la excursion de vuelta a casa…

Como ya lo indiqué, la brillante idea de hacer tal excursión fue mía, Pelaya es bastante más sabia y coherente, jamás se le ocurriría algo así.

Hete aquí que el paseíto lo hicimos a modo de despedida, justo antes de tomarnos el tren de vuelta. Es decir que el estado en que termináramos dicho paseo iba a ser el estado en que nos dirigiéramos hasta la estación de trenes, y el estado en que viajáramos tres horas en tren, y llegáramos finalmente a casa. Y el estado en que terminamos, lo adivinaron, no fue bueno…

Volviendo al tema aquel de que Pelaya es más sabia y coherente, cabe aclarar que el calzado que ella eligió para caminar horas sobre nieve y barro y bajo lluvia fue un par de botas bastante altas, de material impermeable. El que yo elegí : un par de roñosos y agujereados All Star.

Así que cuando llegamos al tren, violetas del frío, con los mocos colgando, las orejas heladas y los pelos indomables bajo los gorros de lana, yo tenía literalmente un charco en los zapatos. Las medias estaban tan pero tan ensopadas que al caminar sentía chapuzones. Y la verdad es que el frío era tan intenso que no quedaba lugar para formalidades, o sea que una vez instaladas en nuestro vagón y nuestros asientos, no tardé en sacarme los empapados Converse y las medias, para escurrirlas e intentar que mis pies recobraran sensibilidad al no estar más en contacto con agua helada. Pobre Pelaya, sentadita al lado… Pero bueno, no pasaba nada, nadie se iba a dar cuenta, ya estábamos en nuestros lugares, y nos bajábamos recién en la terminal, podíamos estar ahí quietitas, recobrando nuestra temperatura corporal por unas tres horitas. Error. Al ratito llegan dos chicas que se paran al lado de donde estábamos sentadas señalando insistentemente sus pasajes. Yo saqué en seguida los nuestros, para mostrarles que nosotras también, teníamos los asientos 21 y 22 (intentando que no se vieran las medias colgaditas en el calefactor del tren ni mis pies descalzos). Sí, asientos 21 y 22, pero de otro vagón… Así que muertas de risa, de vergüenza, de nervios, y entre gritos de « Tierra trágame » « No podemos ser tan inútiles » « No nos puede pasar esto » « Decíme por favor que nuestro vagón está cerca » tuvimos que ir hasta nuestros verdaderos asientos, con las manos cargadas con los bolsos, las camperas que ya nos habíamos sacado, y por supuesto, mis medias y mis championes. Al llegar, entre risas, nos instalamos donde nos correspondía, mientras nuestros vecinos de vagón miraban incrédulos el estado en que llegábamos. Después de un rato de oírnos hablar español entre nosotras, los dos chicos de enfrente, convencidos que no entendíamos su idioma, se empezaron a decir palabras tiernas y frases de amor. Como por ejemplo « Yo no la quiero dejar a Paulita, lo que estaría genial sería que entendiera que ella me gusta, pero no me llena como vos, y que accediera a dejar que me llenes de vez en cuando los fines de semana… ».

Y ahí no terminó nuestro día, porque en el metro yendo de la estación de tren a casa, nos encontramos con una casi amiga de nuestra madre (en el estado en que estábamos), quien no pareció muy convencida de que viniéramos efectivamente de Luxemburgo.

martes, 23 de noviembre de 2010

Mamá por Skype

Hace un tiempo mi vieja descubrió Skype, y desde entonces yo no paro de reírme. No es que yo sea burlona ni soberbia ni mala, es simplemente que ella es muy, muy graciosa.

Primero, está el tema de que como hace bastante poco que descubrió todo lo que Skype tiene para ofrecer, todavía no lo tiene totalmente integrado a su rutina. Entonces sucede que hablamos horas por teléfono, y después de que cortamos se acuerda de la existencia de Skype. Y me manda un mensaje de texto diciéndome que me conecte. Y me conecto, pero ya nos dijimos todo en la previa conversación telefónica. En estas ocasiones, gracias al poder de la camarita, yo me convierto en una especie de payasito que ha de entretener a su audiencia.
“A ver alejáte un poco que quiero ver como te queda ese pantalón”
“Mostráme de perfil cómo son los lentes nuevos”
“Dáte vuelta que quiero ver como tenés el pelo”

Todo el tema de que nos podamos ver a través de las respectivas webcams le parece formidable. Tanto, que a veces, mientras hablamos por teléfono, ve la computadora por ahí tirada, y se le prende la lamparita: “Conectáte así te veo”. Entonces se sienta frente a la compu, y siempre con el teléfono al oido, me sigue hablando. Hasta que le explico que los micrófonos de las computadoras se activan mientras estamos en videoconferencia. Ahí apaga el teléfono, que por supuesto inmediatamente empieza a sonar. Y siempre es alguna de mis tías. Mi madre, entusiasmadísima, me hace señas por la cámara y pone el teléfono al lado del micrófono de la computadora para que les hable. Todavía no me animé a explicarle que ellas también tienen cuenta en Skype y que siempre hablamos. No quiero desilusionarla.

A veces me llama por Skype mientras mi padre está ahí al lado mirando el noticiero por televisión. Entonces a ella de vez en cuando la atención se le desvía hacia las noticias. Y si considera que una noticia podría o debería ser de mi interés, sube al máximo el volumen de la tele a ver si llego a oírla. Tampoco me atreví a explicarle que se pueden encontrar los informativos online. Después de un rato, veo a través de la cámara que está un poco inquieta, como buscando algo… Se para, desaparece un rato, y después vuelve a sentarse frente a la compu. Pero en vez de seguir hablándome, analiza la computadora, sus costados, la da vuelta… Hasta que encuentra donde enchufar los auriculares “Es que tu padre tiene la tele tan alta que no te oigo, por eso me pongo auriculares”. Sólo que los enchufó donde va el micrófono externo…

Todo esto es muy gracioso, sí, pero lo mejor es cuando mientras hablamos se empieza a aburrir, y como que se olvida de que la cámara es verdaderamente una cámara, y que yo estoy viendo todo lo que hace, y la empieza a tomar como una especie de espejo. Se acerca al visor, intenta ver si le salieron nuevas canas, se apreta granos, se mira si tiene algo entre los dientes. En serio.

Y finalmente, está eso de que cree que una vez que desconectás la cámara ya está. Pero no, no está. El micrófono sigue prendido y yo sigo escuchando todo lo que dice. Por ejemplo, como le explica paso a paso a mi padre todo lo que acaba de hablar conmigo…

domingo, 21 de noviembre de 2010

Medias

Tengo otra confesión que hacer…

A mí a veces me pasa que durmiendo se me pierde una media entre las sábanas, o se me cae por el huequito entre la cama y la pared. Y cuando eso sucede, yo tengo una solución genial: en vez de pasar horas buscándola, me saco la otra y la tiro también para atrás de la cama, o la dejo entre las sábanas, y me digo que por lo menos para cuando me dé la paciencia para ponerme a buscar, van a estar las dos juntas….

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Calendrier de l'Avent

Acá en Francia tienen una tradición. Todos los años, cuando se va acercando Navidad, a los niños se les regala un “Calendrier de l’Avent”. Es una especie de calendario del mes de diciembre, que tiene como una ventanita por cada día tras la que se esconde un bomboncito. Y la idea es que desde el 1 de diciembre hasta el día de Navidad, el niño vaya comiendo un bombón por día, al tiempo que va haciendo la cuenta regresiva hasta la llegada de Papá Noel. Por cuestiones de marketing, por supuesto, estos calendarios vienen con cualquier tipo de motivo, tamaño, color, y se empiezan a vender a fines de octubre más o menos (así como los huevos de Pascua se empiezan a vender en febrero y los chupetines con forma de calabaza de Halloween en febrero). Y claro está, yo ya me he comprado varios. Y también claro está, que a mí en vez de durarme 25 días, me dura aproximadamente 25 minutos.

martes, 16 de noviembre de 2010

Uff

Yo, cuando estoy hablando por celular con alguien que me importa y tengo que salir de casa, para que no se me corte, en vez de tomar el ascensor, bajo por escalera. Y vivo en el piso 15. Eso es amistad.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Cena de estudios

Este cuento es buenísimo…

El otro día la asociación estudiantil de mi facultad organizó para nuestra clase una cena en un restaurante marroquí. Dejemos de lado el hecho de que encontraron el único restaurante en París que no tuviera suficientes sillas ni suficiente espacio para nosotros 30. Dejemos de lado el hecho de que tuvimos que comer en dos tandas porque el propietario del restaurante no poseía 30 platos (sí, sí, historia real). Dejemos de lado el hecho de que el señor estaba tan nervioso por tener que cocinar 30 platos que no nos permitió pedir entradas. Dejemos de lado el hecho de que si queríamos entradas era porque se estaban haciendo las 11 de la noche y todavía ni miras de que llegara la comida. Dejemos de lado todo eso, porque la mejor parte del cuento es la que viene…

Hete aquí que cada plato costaba entre 8,50 y 10 euros, que no pedimos entradas por lo que ya expliqué, que no pedimos postre porque al terminar de comer ya queríamos irnos a dormir, y que las bebidas las llevamos nosotros por un arreglo que se hizo con el dueño. Pero hete aquí que los responsables de la organización de la cena recibieron la cuenta y dividieron el total entre los que éramos, y dio que cada uno tendría que pagar 11,50 euros.

Lo mismo pensé yo…

Y ¿saben qué ? estoy haciendo un Master en Economía, o sea que, o 2 economistas cagaron a 28 economistas, o el dueño de un restaurante marroquí cagó a 30 economistas.

jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Perturbador?

Tengo una confesión que hacer… A mí a veces me pasa que salgo apurada a una reunión, una cena, una cita, lo que sea, y en el ascensor me miro al espejo e inmediatamente escucho la voz de mi madre (en mi cabeza) diciéndome « ponéte carabanas ». Y mi madre no está ahí, no me vio salir y no me verá llegar, y nunca sabrá como fui vestida a esa reunión, pero yo igual me pongo de malhumor y le contesto a la voz en mi cabeza « ay, ta, no pasa nada por una vez que salga sin carabanas… no tenía tiempo, y ahora no puedo volver a buscarlas porque llego tardísimo… no jodas ».

jueves, 4 de noviembre de 2010

Mi agenda

Estoy maravillada. Absolutamente. ¡Qué invento extraordinario! No se puede creer… La agenda. ¡Qué grande el ser humano! Ustedes dirán, “ay sí, la agenda, nada sorprendente, debe de haber sido el primer invento de la humanidad, y a ella recién ahora se le ocurre descubrirlo…”.

Es que yo les cuento, desde que aprendí a leer y a escribir, y hasta hace unos meses nada más, para mí la agenda era algo así como un cuadernito en el que dejaba fluir mi inspiración, escribiendo de vez en cuando, a modo de diario íntimo, lo que había hecho tal o tal día (con lujo de detalles, claro está). También me dedicaba a llenar páginas y páginas con frases célebres ingeniosas, las que escribía con distintas letras, motivos y colores. Los pegotines también supieron tener un papel fundamental en mis agendas, ayudándome a ilustrar de vez en cuando algún día o alguna semana. En resumen, para mí la agenda siempre fue como un pasatiempo, un entretenimiento que me salvaba cada vez que la clase se ponía aburrida. Era como una colección de dibujitos, frases y pegotines, pero la verdad es que yo prestaba mínima atención al encabezado de cada página indicando el día del año. Para anotar los deberes y las fechas de entregas, ya tenía yo a la palma de mi mano, y si se me borraba, ya tenía yo a mis amigas para que me lo recordaran. De más está decir que yo a las agendas las elegía por los colores de la tapa, o por la temática general, ni siquiera me fijaba si eran diarias o semanales. A veces me pasaba que justo la que me gustaba era enorme, y pesadísima, así que al cabo de la segunda semana ya no la llevaba conmigo, y cumplía su función desde mi mesa de luz. Hasta hace algunos meses, cuando de repente todo cambió… Al fin descubrí el propósito de las agendas. Es mágico, no lo puedo creer, estoy anonadada. Eso de tener todo lo que uno tiene que hacer anotado ahí, con fecha y todo… Es brutal. Sencillamente. Es una fuente de información increíble. Si supieran cómo se ríen de mí mis compañeros de clase cada vez que yo saco orgullosa mi agenda para anotar cualquier mínimo dato que nos haya dado el profesor. Es que ellos no saben lo que es vivir 22 años preguntando para cuándo era la entrega con una agenda llena de fotos y chistes y cartitas.

martes, 2 de noviembre de 2010

Baby sitting

El otro día, en el ómnibus, vi subir a una niñera con un cochecito y un bebé, de esos risueños, cachetones y amorosos. Supongo que sería la niñera, y no la hermana o la madre o lo que fuera, porque el niño tenía rasgos occidentales, era rubión y de ojos claros, y la chica tenía rasgos asiáticos, era bastante joven, y su actitud general indicaba que la única razón por la que se ocuparía de ese niño sería que alguien estuviera pagándole. La supuesta niñera dominaba el cochecito al son de los Rolling, porque llevaba los auriculares puestos y la música surgía a un volumen bastante alto. Hasta que tuvo que pausarla porque le sonó el celular, que atendió. Y mientras el niño nos hacía caras y gracias a los demás pasajeros del ómnibus, ella hablaba en lo que creo que era chino por teléfono. Sólo interrumpió la conversación unos segundos en el momento en que al bebé se le cayó la mamadera que venía sosteniendo entre sus dos manos, al piso de ese ómnibus (que vaya uno a saber cuánta gente ha pisado). Y sí, lo adivinaron bien, la niñera la juntó, se la volvió a poner entre las manos al niño, le hizo un gesto como motivándolo a que la termine rápidamente, y retomó su conversación telefónica.

Y la verdad es que presenciar todo esto me dio pánico… ¿Qué tipo de casting tendrá que hacer una madre para asegurarse que quien cuida a sus hijos los cuidará efectivamente aunque sea un poco?

lunes, 1 de noviembre de 2010

It's a small world after all

Estuve en París, y le traje de recuerdo a mi tía una colección de postales en las que con letra bien chiquita decía “Made in China”.

Estuve en Ibiza, y le traje de regalo a mi hermano una toalla de playa con una etiquetita que decía “Made in China”.

Y cuando me volví a ir de Uruguay, mi familia me dio una remera con un motivo bien uruguayo para que me llevara de recuerdo, con una inscripción muy parecida, que también decía “Made in China”.

domingo, 31 de octubre de 2010

Facebook

El otro día un conocido me preguntó si tenía una cuenta en Facebook. Yo le dije que no, porque la verdad que no quería que él estuviera al tanto de todo lo que mis contactos puedan poner sobre mí. Por lo menos por ahora, capaz que si nos hacemos más cercanos sí, pero por el momento ni nos conocemos tanto, así que no me inspira exponerme así a extraños. Y él, por supuesto, me preguntó:
-“¿No? ¿Cómo que no?”
A lo que inocentemente respondí:
-“No, no, en serio, no me gusta que todo el mundo esté al tanto de mi vida privada, no sé, no me convence eso de permitir que se revele tanto de mí”.
Y como era de esperar, ahí empezó a presentarme todos esos argumentos que ya he oído mil veces por parte de la gente que cree (no sé por qué insólita razón) que es fundamental para el futuro de la humanidad convencerme de hacerme una cuenta en Facebook. Que cómo que no, que si no sé lo útil que es para cualquier propósito, que si no sé que mis conocidos igual pueden subir fotos y comentarios sobre mí sin que yo tenga una cuenta, que si no estoy al tanto de todos los dispositivos que tiene Facebook de protección de privacidad, que si no sé que tenés el derecho de elegir cada vez que subís algo a la red quién querés que lo vea y quién no, etc. Y a todo esto yo respondí lo mismo que ya he respondido mil veces. Que sí, que ya sé todo eso, pero que si la gente sube cosas sobre mí, por lo menos no me puede etiquetar porque no tengo cuenta y la cadena se corta más rápido, que por más que hayan opciones para asegurar mi privacidad, nunca se puede controlar totalmente todo lo que todos tus contactos y los contactos de tus contactos hagan, que por más que yo pueda pedir que se saque una foto donde me hayan etiquetado siempre va a haber un lapso de tiempo en que esa foto estuvo publicada a la vista de mis conocidos sin que yo lo quisiera,… (y muchas cosas más que me cansa enumerar ahora).
Y él, nada convencido por mis argumentos, terminó la conversación diciéndome:
-“Ah, ya entiendo, sos de las que tienen algo que ocultar”

sábado, 30 de octubre de 2010

Canciones

A mi hermana no le gusta mostrarme la música que le gusta. Es que si ella descubre una canción que le gusta, lo más probable es que a mí también me guste. Y cuando a mí una canción me gusta, la escucho, la escucho, la escucho. Una y otra vez. Sin parar. Me vuelvo adicta. Y eso hace que a mi hermana, esa canción inicialmente genial, la canse, la agote, la agobie. Y en cuestión de pocos días, termina odiándola. Así le arruiné varias de sus canciones preferidas…

viernes, 29 de octubre de 2010

20 euros

Salí a dar una vuelta y en el medio de la vereda me encontré con un billete de 20 euros. No había nadie en la calle, nadie para ningún lado (ya empezó ese frío que hace que no quieras salir ni por decreto de Estado), nadie a quién preguntarle si le pertenecía, entonces lo junté. Y ahora tengo tremendo sentimiento de culpa porque me imagino todos los posibles propietarios que ese billete podría tener, y siento que todos lo necesitarían más que yo. Entonces no lo gasto. Ahí está, en el escritorio, recordándome que junté un billete del piso que podría haber dejado para el próximo peatón que pasara…

miércoles, 27 de octubre de 2010

Qué HDP

En la estación de metro cerca de casa, a la que voy todos los días, varias veces por día, a tomar el metro, la escalera mecánica no anda. Desde hace ya varias semanas. Y esa escalera mecánica es el único modo de acceder a las vías para tomar el metro, es decir, no hay una escalera normal y tampoco hay ascensor. O sea que desde hace varias semanas, toda la gente que tiene que tomar el metro en esa estación maldice su suerte cada día ya que debe subir los altos e incómodos escalones de la escalera mecánica apagada. Y yo desde hace varias semanas me imagino que en algún lugar de París hay alguien riéndose para sus adentros al imaginar el esfuerzo físico que hacemos todos al subir una escalera mecánica apagada. Es que verán, para mí, la razón por la cual la escalera está apagada es que ese alguien apretó el botón “Stop” del costadito de la escalera. Sencillamente.

sábado, 23 de octubre de 2010

La novela histórica

El género de la novela histórica es un género muy particular. Es un género excepcional, magnífico, si el escritor entendió el significado de su labor, y su deber para con los lectores. Cuando no es así, la novela histórica es potencialmente peligrosa. Yo he leído novelas históricas espléndidas, placenteras, muy bien logradas, como El día que Nietzsche lloró, de Irvin D. Yalom. Pero también he leído de las otras, las que se transforman en un peligro para el lector mal informado. Porque el escritor tiene que llevar a cabo, antes de proponerse escribir, una investigación muy profunda, y en base a los resultados decidir qué se podría novelar, y qué no. Sobre todo cuando se trata de una novela histórica biográfica. Al redactarse la biografía de una personalidad, así sea novelada, hay que entender que ciertas cosas no se pueden novelar. Los artificios puede contribuir a transformar lo escrito en obra de arte, pero hay ciertos aspectos que no se pueden contaminar. Es difícil retenerse, lo sé, pero en ciertos temas hay que ponerle un límite a la imaginación y serle fiel a la historia real. No basta con sentir una profunda idolatría y admiración hacia la personalidad sobre la cual se escribe, ni basta tampoco con trasmitir esos sentimientos a lo largo del libro. También hay que respetar los acontecimientos relativos a las personas que rodearon al personaje central, aunque por ellas no se sienta tanta admiración.

Este post surgió por mi decepción al terminar de leer Al encuentro de las Tres Marías, Juana de Ibarbourou más allá del mito, de Diego Fischer.

viernes, 22 de octubre de 2010

¿Tenés fuego?

Hay algunos padres que de pronto un día descubren que su hijo fuma. Y yo me dirijo a ellos.


Señores, es muy posible que su hijo sea de esos que empezaron a fumar desde su más temprana pubertad. Y probablemente, él ni siquiera haya hecho mucho por ocultarlo, pero ustedes pasaron por alto todas las pistas que se les presentaron. Por ejemplo, cada vez que su hijo decía “me voy a caminar media cuadra” no iba a caminar media cuadra sin nada en la mano… iba a caminar media cuadra con un cigarrillo en la mano. Cada vez que su hijo ponía a lavar toda la ropa porque apestaba a cigarrillo alegando que “había un montón de gente fumando anoche en el bar y se me impregnó” el que fumaba era él, y no en el interior del bar, sino en la puerta, del lado de afuera, porque hace ya varios años que se prohibió fumar en lugares públicos. Cada vez que ustedes, queriendo poner agua a calentar para un mate o un café, se preguntaban a dónde habrían ido a parar todos los encendedores y fósforos de la cocina, hubiera sido más lógico responderse que al bolsillo de la mochila de su hijo, en vez de convencerse que la empleada se los robaba.

...

miércoles, 20 de octubre de 2010

Mensaje de texto

Yo tengo una tía muy graciosa. Bueno, tengo muchas tías, todas muy graciosas. Pero esta en especial. No hace mucho descubrió que se pueden mandar mensajes de texto por el celular. Y entonces, de vez en cuando, si por alguna razón es mejor no llamar, ella manda un sms. Y nosotros no sabemos si es que ella escribe utilizando el mecanismo del diccionario automático sin haberlo entendido del todo, o si es que escribe sin ese mecanismo, letra por letra, aburriéndose en la mitad del mensaje, pero el tema es que sus mensaje son en código. Un dialecto extraordinario que parece sacado de esas películas de ciencia ficción. Y bueno, uno sonríe e intenta descifrar el mensaje. “Okivha” por ejemplo vendría a ser yo, Olivia, y “Pejaxa” por ejemplo vendría a ser mi hermana, Pelaya. Y si fuera de contexto apareciera la palabra “amo” vendría a remplazar un “con”. Y si el mensaje terminara con un “Cero” vendría a ser un “Beso”. Hasta ahí llegamos, ese tipo de cosas, logramos decodificarlas. Pero un día mi tío recibió un mensaje terrible, una cosa que leía más o menos así:

“Ghudb jd jbdk poros kehj Jeronlkö ?”

Después nos enteraríamos que era la manera de mi tía de preguntar por mi primo Jerónimo, quien había dicho que volvería a una determinada hora de la casa del amigo, y muy pasada esa hora todavía no había llegado.

Pero ese mensaje mi tío no lo entendió. No lo entendió ni ahí. Tuvo que llamarla y confirmar a qué se refería. Y aprovechó para explicarle que ese mensaje o era sencillamente incomprensible, o estaba escrito en un lenguaje extraterrestre. Y mi tía, indignada le contestó:

-“¡Un poco de imaginación!”

domingo, 17 de octubre de 2010

La pesca ecológica

Sí, sí, hay un tipo de pesca, al que le llaman pesca ecológica.

A los que no estén familiarizados con el término, les explico de qué se trata.

Se trata de un modo de pescar, que consiste en que los amantes de la pesca, sintiéndose culpables por matar a tantos peces sin la capacidad o las ganas de comerlos todos, deciden colaborar con el medio ambiente, las especies en extinción y la ecología mundial, devolviendo rápidamente al agua el pez recién pescado. Muy rápidamente, claro, para que no muera por estar demasiado tiempo fuera del agua. Y por supuesto se aseguran que sus anzuelos estén en impecable estado, porque la infección en la herida que el pez sufriría por un anzuelo oxidado sería letal. Y claro está, al tirar de la caña para alcanzar a agarrar el pez, lo hacen bien suavemente, evitando que el pez viaje a rastras, para que éste no sufra daños golpeándose y rebotando contra la superficie del agua. Y estos seres son tan caritativos que también procuran que la resistencia que el pez impone al ser pescado mientras el pescador intenta desengancharlo del anzuelo sea mínima, porque esa lucha suele provocarle más heridas todavía.

Y bueno, eso de que el pez al ser pescado reciba un anzuelazo en la boca que lo deforma y desfigura, eso de que el tiempo pasado fuera del agua, por más mínimo que sea, siempre lo debilitará, eso de que al ser tomado por las agallas sangre casi inmediatamente porque éstas son muy frágiles, incitando a las demás criaturas marinas a devorarlos, eso de que al estar fuera del agua le aumente la presión en la vejiga natatoria, impidiendo que se pueda hundir… todo eso muchachos, son detalles…

¡Qué grandeza de espíritu, pescadores, habérseles ocurrido la pesca ecológica!

¿Cómo decís?

Una amiga mía, que citando a la Tana Ferro ahora pasó a ser ex amiga, el otro día decidió discutir en la mesa que compartíamos con varias otras amigas sobre los derechos de los homosexuales, y en particular, su lucha por conseguir legalizar su matrimonio. Su argumento más sólido fue:


-“Empiezan por el matrimonio y seguro que dentro de poco van a estar jodiendo con que quieren el derecho al divorcio”

Y yo pienso, ¿no?... ¿Cómo es que fuimos a la misma escuela, al mismo liceo, tenemos amigos en común y solíamos reír de los mismos chistes? ¿En qué momento se dio tal cambio radical en nuestas mentalidades y personalidades?

viernes, 15 de octubre de 2010

Yo nunca

Yo nunca dije « Ay ay… te dejo que estoy en el metro y no escucho nada, hay un ruido horrible » sentada tranquilita en el sillón de casa…

martes, 12 de octubre de 2010

¡Arriba!

Erase una vez una chica que se despertaba efectivamente con el sonido del despertador. Esa chica soy yo, y digo “érase una vez” porque ya no lo es… No sé en qué momento se produjo un cambio tan brusco, pero ahora me encuentro despertándome horas y horas después de lo planeado, tras haber apagado el despertador en un acto de total inconsciencia. Y no sé cómo solucionarlo… Ya probé programando tres, cuatro, diez alarmas diferentes, ya probé con el volumen máximo del aparatejo, ya probé cambiando la canción por la más irritante, ya probé alejando el despertador para forzarme a moverme para apagarlo… ¿Será que debo rendirme? ¿Será que debo cambiar todas mis clases y tomar sólo las de la tarde?

??

Tire y empuje. Son dos opciones. Sólo dos. Entonces…¿¿Cómo hago para abrir las puertas recién al tercer intento??

martes, 5 de octubre de 2010

Mejor tiráte a tomar sol...

A mí no me molesta que la gente juegue a la pelota en la playa. Es decir, no me molestaría si no me molestaran. Pero como en mi experiencia, inexorablemente cada vez que alguien se pone a pelotear o paletear cerca de donde yo decidí tomar sol, recibo varios paletazos, resulta que sí, me molesta bastante que la gente juegue a la pelota o a la paleta en la playa.

lunes, 4 de octubre de 2010

¿Y ese olor?

Un secreto muy bien mantenido de la humanidad: si un tapado de esos de abrigo como de lana o paño, que no son de lluvia, se exponen demasiado tiempo a la lluvia, el material mojado huele a … pancho de feria.
Les cuento cómo lo descubrí…


Estábamos con Pelaya en París, y en realidad las dos ya conocíamos bastante bien la ciudad, así que algunos de los típicos paseos turísticos decidimos no repetirlos. Sólo algunos, por supuesto, porque la mayoría tiene un encanto tal que te da ganas de volver a hacerlos una y otra vez. Para nosotras, por ejemplo, un paseo obligado es el Musée d’Orsay. Ahí están todas las mayores obras impresionistas. Y el impresionismo es la base. Así que fuimos. Por otro lado, cabe aclarar que yo tengo una teoría curiosa acerca de los metros (o subtes). Me molesta bastante esa sensación claustrofóbica que dan los largos pasillos que llevan de un tren al otro, sobre todo considerando que suelen estar repletos de gente. Entonces mi teoría dice que si el trayecto en metro será sólo de pocas paradas, es mejor ir caminando, o si hay que hacer una conexión únicamente por una o dos paradas, mejor no tomar el segundo y caminar lo que queda en vez de cambiar trenes. El día que visitábamos Orsay, quise aplicar este principio. En vez de hacer una conexión, elegí una parada que me pareciera lo más cerca posible del museo para caminar el resto. Pelaya, por supuesto, me siguió. Sólo que, detalle, esa parada estaba un poco más lejos de lo que imaginé… Más o menos a 20 cuadras. 20 cuadras cuando se está haciendo vida de turista, recorriendo y recorriendo ciudades, con fatiga acumulada de días y semanas, son mucho más que 20 cuadras. Y sí, lo adivinaron, para colmo de males, esas 20 cuadras hubo que caminarlas bajo lluvia… Lluvia torrencial, cabe aclarar. Y también cabe aclarar que no llevábamos paraguas.

Y ésta es la historia de cómo nuestros tapaditos terminaron oliendo a… pancho de feria.


domingo, 3 de octubre de 2010

Mi nuevo hobby

Hace poco descubrí un nuevo pasatiempo... Y ya es mi pasatiempo preferido. Lo recomiendo abiertamente. Consiste en encontrar a algún cercano que use enjuague bucal, estar cerca cuando haga su enjuague,  y proponerse hacer que lo escupa antes de tiempo de la risa.
Por lo general, los enjuagues bucales tienen escrito en la etiqueta cuánto tiempo hay que aguantarlos en la boca, así que si te acercás a alguien mientras lo usa, probablemente esté muy concentrado contando mentalmente los  segundos que van pasando. Entonces, si uno le conversa lo suficiente y lo marea un poco, probablemente, antes de abandonar la lucha y escupir todo, pierda la cuenta, irritándose, y haciendo de este pasatiempo todavía más divertido.

viernes, 1 de octubre de 2010

Ibiza

Yo lo repito y lo repito. Que fui a Ibiza reiteradas veces, porque me encanta la playa. Y sigo repitiéndolo. Que es paradisíaco, que el clima es espectacular, el mar hermoso, las vistas increíbles, los mariscos exquisitos, el centro histórico (Patrimonio Universal según la UNESCO) divino. Y cada vez que lo digo, la reacción de mi interlocutor es la misma: petrificación de la mirada, y gesto de sorpresa e incredulidad. Y yo puedo adivinar perfectamente lo que está pensando, porque según el interlocutor, ese pensamiento es siempre una de las dos opciones siguientes:


-“¡Qué desperdicio de Ibiza!”

o

-“¡Esta tiene una doble vida total, y cada vez que se va explota Ibiza!”

jueves, 30 de septiembre de 2010

Te juro que no me gusta

Una cosa que me molesta es la gente que molesta a la gente porque no le gusta algo.
Voy a esclarecer mi propósito con un ejemplo.
Hoy fui a un té con mi madre y sus amigas (cosas que pasan) y había una Carrot Cake con canela. A una de las amigas de mi madre no le gusta la canela, nunca en su vida le gustó, y jamás la usó al cocinar, haciendo que a sus hijos tampoco les guste demasiado. No me explico yo por qué, pero a todas las señoras reunidas en el té les pareció totalmente inaceptable que ella ni probara el Carrot Cake ni le gustara la canela. Silenciosamente, a través de miradas cómplices mientras la desafortunada se servía un pedazo de la fatal torta, las demás se comunicaron que sería buena idea no advertirle que uno de sus ingredientes era aquel enemigo íntimo, con la esperanza que al fin se reconciliaran. Pero ella lleva una vida haciéndole la guerra a la canela, así que obviamente, al primer mordisco lo notó, y educadamente devolvió el plato. Las demás, sintiéndose sabias y generosas por querer compartir su sabiduría, convencidas de que se trataba de un capricho de nuestra heroína, insistieron, con argumentos del estilo de:
-“Ay pero probá un poco más, si ni se nota”
-“¡Qué exagerada! Si apenas tiene canela...”
-“No sabés de lo que te perdés… Cuando te animes te vas a querer matar porque vas a descubrir que te encanta”
Y yo tuve que intervenir. Pobre… ¿Qué les molesta que haya una persona más en el mundo a la que no le guste la canela? ¿Qué cambiaría en sus monótonas vidas que ella comiera o dejara de comer la torta de zanahoria? ¿Cómo pueden creer que una persona que jamás comió algo no lo iba a notar su primera vez?

En realidad, yo la quise ayudar porque me sentí identificada. Tengo gustos especiales, y sí, caprichosos. Pero no molestan a nadie. Y si no molestan a nadie, ¿por qué les molestan? ¡!

Por ejemplo, yo no tomo bebidas con gas. Para nada. Me fascina el agua natural, sin gas. Todo lo demás me parece artificial. Y eso, believe it or not, me convierte en una paria. Cada vez que vamos en familia a comer a un restaurante y el mozo se acerca a preguntar qué vamos a tomar, yo la paso mal. Todos se entremiran, y muy rápidamente llegan a la conclusión de que hay que pedir tantas botellas grandes para compartir de Coca Cola común, y tantas otras de Coca Cola Light. Y yo, tímida y vergonzosamente, tengo que declarar que yo quiero un agua mineral sin gas, soportando las miradas acusadoras de toda la mesa, como si estuviera cometiendo un crimen imperdonable. En los cumpleaños infantiles también la paso mal. Tantos vasitos desperdigados con Coca, Fanta y Sprite me hacen sentir como una pecadora capital cada vez que me tengo que dirigir medio a escondidas hacia la cocina a pedir en voz bajita que alguien se apiade de mí y me sirva un vasito de agua, así nomás, de la canilla.
Y los días pasan, y yo sigo sin entenderlo… ¿¿A quién molesto tomando agua??

También me molesta profundamente cuando alguien, tras descubrir que no me gusta algo, decide moralizarle, abrirme la cabeza, ampliarme el horizonte. Ahí me largan preguntas del estilo de:
-“¿Pero cómo sabés que no te gusta? ¿Lo probaste alguna vez?”
Y a mí me dan ganas de contestar:
-“No, sabés lo que, nunca lo probé ni lo probaré… Soy una caprichosa que decidió que algo no le gusta y punto… ¡Pero tengo derecho! ¡A vos ¿qué te cambia?!”

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Literatura, Cuarto año

Mi padre es muy gracioso. El dice que desde que mi hermano entró en la adolescencia, su cuerpo (el de mi padre) desarrolló como una magnetita que hace que cada vez que pasa cerca de una computadora (mientras mi hermano trabaja en ella) se vayan cerrando velozmente las ventanas. Conversaciones de MSN, cuentas de Facebook, páginas de Twitter, videos de Youtube, todo va desapareciendo en cuestión de milésimas de segundo, para que cuando él llegue a ver la pantalla, lo único que quede es un documento Word vacío, titulado “Vida y Obra de Lope de Vega”

martes, 28 de septiembre de 2010

Modo de empleo

Una cosa que me molesta es la gente de manual. Esa gente que uno tiene que ir aprendiendo cómo tratar, ir reteniendo cómo reaccionará frente a cada situación, ir sabiendo qué hacer frente a cada una de sus reacciones. Esa gente que si se enoja, hay que saber que es mejor hacer tal o tal cosa porque el enojo se le pasa solo, o más rápido, si se respetan esas consignas. Si se pone mal, lo que hay que hacer es esto, porque sino se empeora la situación. Frente a tal actitud, el procedimiento es tal, porque sino se complica todo. En serio, suficientes problemas tiene uno como para sentir que camina pisando huevos con sus amigos…

lunes, 27 de septiembre de 2010

Olores de infancia

Esta es una historia un poco triste. Bueno, a mí me resulta súper graciosa, pero a algunos podría parecerles un poco triste.
Cuando éramos chiquitas, mi prima tenía un problema gástrico terrible, que hacía que de vez en cuando se le escaparan unos gases matadores. Pero verdaderamente matadores. Y nosotros, los cercanos, conocedores de su condición, no podíamos hacer más que disimular, y aguantar la risa que provocaba la picardía de su cara.

Hoy, tantos años después, muy de vez en cuando, se le escapa alguno. Tan matador como aquellos. Tan reconocible como en aquel entonces. Y a mí ese olor me lleva de nuevo a mi infancia, la infancia más feliz del mundo…

martes, 10 de agosto de 2010

No te olvides...

A mí mi madre me manda un mail, pongamos por ejemplo, que diciendo que no me olvide de llamar a tal persona porque es su cumpleaños. Yo, en cuanto leo el mail, llamo a tal persona, le mando un mensaje de texto a mi madre avisándole que se quede tranquila que ya la llamé, me digo que mi madre quizá no va a ver el mensaje de texto, entonces le contesto el mail, me digo que quizá no leerá el mail, entonces si veo a mi hermana en skype le digo que le avise ella, me digo que quizá mi hermana se olvidará, entonces la llamo al celular, al que no atiende, y le dejo un mensaje de voz.
Al rato, recibo un mensaje de texto de mi madre, diciendo: “¿Recibiste mi mail? No te olvides de llamarla, eh…”

lunes, 9 de agosto de 2010

Luxemburgo

Una cosa que me encanta de Pelaya, es que si yo me despierto un día y le digo “Vámonos a Luxemburgo en el próximo tren” ella me dice que sí…
Y si cuando llegamos a la ciudad de Luxemburgo, tras recorrer todos los museos, monumentos, instituciones internacionales, construcciones históricas y castillos de interés, descubrimos que casualmente la tumba de Patton está en el cementerio americano de Luxemburgo, ella se da cuenta exactamente por lo que la voy a hacer pasar.
Claro está que para nosotras, ver el mármol que indica dónde descansa el General desde hace tantos años, no es de gran interés, pero el hecho de poder mandarle una foto de eso a nuestro primito, para mí es impagable.
Y lo que a mi me gusta de Pelaya, es que por más que en la oficina de turismo nos digan que en pleno invierno no hay transporte para llegar hasta el cementerio porque la nieve tapa las calles, que los ómnibus dejan de circular, que los horarios de invierno del cementerio no los conoce nadie porque no son publicados, que el cementerio está muy alejado y es imposible llegar a pie, sobre todo porque habría que caminar al borde de la autopista y pegadito al acantilado, con varios grados bajo cero, lloviznando, y con nieve hasta los tobillos, si yo digo que quiero probar hacer el camino a pie, ella me sigue.
Y si a la vuelta, en el tren, nos tenemos que sacar las medias y los championes, porque ambos están ensopados por la nieve que se iba derritiendo, para descubrir nuestros pies morados, y si se nos acaban los pañuelos descartables a fuerza de sonarnos y sonarnos, y si tenemos los ojos llorosos de la helada y la nariz roja de payaso, ella sigue siguiédome…
Y es incluso capaz de contarle al mundo lo lindo que es Luxemburgo.

jueves, 5 de agosto de 2010

Mejor quedáte tranquilito…

Una cosa que odio es la gente que no tiene nada que hacer.
La gente que no tiene nada que hacer, se aburre, e intenta inventar cosas que hacer, y esas cosas que inventa, no me preguntes por qué, pero siempre, siempre, terminan perturbándole la paz a uno…

miércoles, 28 de julio de 2010

Sorpresa !

Al teléfono con mi madre, intentando hacerla cómplice de una sorpresa organizada a la distancia para el cumpleaños de mi hermana :
- « ¿Pelaya está por ahí ? ¿Llega a oír lo que te digo? » (lo dije en un tono de voz bastante moderado, ¿no?, por si Pelaya estaba cerca)
- « No, no, pará que la llamo… Pelayaaaaaaaa… Pelayaaaaaaaaa, vení que tu hermana te quiere hablar… » (a los gritos)
- « No, no, no la llames, al contrario, no quiero que oiga, que no venga, que no venga… » (desesperándome)
- « Pelaya, no vengas, no vengas, alejáte que no quiere que escuches... Ahora sí, ya se fue, decíme… Ay pero qué dramática, si no se dio cuenta de nada… »

domingo, 18 de julio de 2010

Para mí la de chocolate

Una cosa que me molesta es ir a Dunkin Donuts con Pelaya y que se pida la única fea entre los millones que ofrecen: la de compota de manzana. Y más me molesta que haga lo mismo en el Dunkin Donuts de Barcelona, de Madrid, de Berlín o de donde sea.

viernes, 16 de julio de 2010

Cómo te lo explico…

Imagináte que estás en un país que no es el tuyo, donde se habla un idioma que tampoco es el tuyo, y precisás toallitas higiénicas. Imagináte que estás en la tienda buscándolas sin mucho éxito, y el gondolero se te acerca a preguntar qué precisás. Imagináte que vos el idioma lo manejás, sólo que en ese preciso momento, el término exacto para la salvación femenina no te sale. Imáginate que el tipo, simpático, te dice que no pasa nada si no conocés la palabra, que intentes describirle lo que buscás, o para qué sirve.
¿Cuánto decís que tarda la tierra en tragarte?

miércoles, 7 de julio de 2010

Subidor de ánimo

Cuando estés mal, o muy mal, ponéte a ver videos de tu primo menor bailando High School Musical. Y si tu primito es gordito, mejor. Es infalible.

domingo, 20 de junio de 2010

...

Una cosa que odio es esa sensación de que uno hace todo para que todo le salga bien, sigue todos los pasos para que todo le salga bien, hace una a una todas las cosas que hay que hacer para que todo le salga bien, toma todas las precauciones para que todo le salga bien , se merece que todo le salga bien, y sin embargo…sin embargo, todo le sale mal.

sábado, 19 de junio de 2010

Caicai

Yo no lloro.
Cuando descubrimos que nuestra casa había sido desvalijada, no lloré.
Cuando terminé la facultad y cerré esa etapa de estudiante, no lloré.
Cuando me despedí de mi hermana después de pasar juntas un mes increíble, no lloré.
Cuando dejé a mi ahijado en el aeropuerto sin saber cuándo lo volvería a ver, no lloré.
Cuando me enteré que mi primo estaba internado, no lloré.

Pero la caicai no entraba en la valija. Y yo sabía que no podría aguantar tres meses sin ella. Así que no tuve más remedio que cortarle una esquina para traerla conmigo.
Y cuando tuve que cortar la caicai, mi caicai compañera de 20 años, mi relación estable, mi ventana a la infancia más feliz del mundo, el objeto de mi afecto que tantas burlas me valió y tan reiteradas…
Cuando tuve que cortar mi caicai, ahí sí, lloré.

viernes, 18 de junio de 2010

Preguntas con propiedad

Los siguientes fragmentos fueron sacados de mi vida cotidiana:

-“¿Y tú de dónde sos?
- Yo soy uruguaya
- Ah, qué casualidad, yo tengo una roommate que es de Costa Rica…”

-“¿Y tú de dónde sos?
- Yo soy uruguaya
- Ah, entonces me podés hablar en español… Bueno, aunque yo no entiendo español…”

-“¿Y tú de dónde sos?
- Yo soy uruguaya
- Ah, ¿qué te pareció el partido Suiza/España?”

Me parece que me gané el derecho de ser malhumorada…

miércoles, 19 de mayo de 2010

Duda calamarística

Yo tengo una duda existencial, desde hace algún tiempo ya…
¿A quién se le ocurre ir a volar con Andrés con un sólo paracaídas ?

martes, 18 de mayo de 2010

Trenes

Esta anécdota corresponde a un viaje que con Pelaya hicimos hace bastante tiempo… Creo que incluso fue nuestro primer viaje solas y durante varios días afuera del país.
Y bueno, resulta que en nuestro destino turístico, para conocer también las ciudades cercanas, quisimos tomar un tren. Hoy por hoy, las dos ya hemos tomado infinitos trenes, de todas clases, tipos, velocidades y categorías. Pero en aquel entonces, habiendo crecido en un país de distancias chicas y sin trenes de pasajeros, nuestra cultura ferroviaria se limitaba a referencias en películas o libros. (Estoy tratando de justificarme para lo que van a leer en unas líneas). Salimos a buscar la estación, y como se nos dificultó el proceso de orientación, paramos a preguntarle a alguien dónde se encontraba… El afortunado nos señaló la construcción que estaba justo adelante nuestro. Yo no sé cómo me habría imaginado que serían las estaciones de trenes, pero seguro no era como la que estaba viendo, porque mi respuesta fue :
-« Ah… Y los trenes, ¿dónde están ? »
A lo que la persona respondió, pacientemente, que estaban adentro, y que las vías estaban del otro lado, dirigiéndose a las afueras de la ciudad…

Y de esa manera le regalé a mi Pelaya querida una oportunidad única de burlarse de mí for ever and ever…

martes, 11 de mayo de 2010

Feliz Navidad

No hay nada como las Fiestas en familia…
Yo creo que mis mejores recuerdos son de las Navidades, los Años Nuevos, los Reyes pasados en familia. Uno de los mejores momentos del año, sin lugar a dudas. Sobre todo si uno tiene una familia como la mía. Divertida, imprevisible, insólita, desquiciada y unida.
La última Navidad, por ejemplo, fue única. Un caluroso día de verano, disfrutando del solcito y las delicias de una completa mesa fría… Comentando la potencia de los fuegos artificiales de la noche anterior, agradeciendo los regalos a todos los papás noeles presentes, toreando a los más chiquitos con que el día de Reyes se cancela… Un día único, rodeada de mis seres más queridos y más cercanos: mis hermanos, mis padres, mis tíos, mis tías, mis primos, el hermano de uno de mis tíos, la novia malhumorada de turno del hermano de uno de mis tíos, los tíos de uno de mis tíos que viven en el extranjero y estaban de visita, y el PELUQUERO de esa tía de uno de mis tíos que vive en el extranjero y estaba de visita.
Leyeron bien.
Pero en mi casa, si se ve llegar a alguien que no se reconoce, el día de Navidad, en pleno festejo familiar, se pregunta discretamente a quien se tiene al lado quién es y frente a la respuesta “El peluquero de la Tía Aquilina”, se debe hacer de cuenta que la situación es totalmente normal.

domingo, 9 de mayo de 2010

¿Te acordás de Dorota?

Otra de nuestras conversaciones telefónicas (adivinen con quién) :
-“Ah, y no sabés lo que me olvidé de contarte… Dorota se muda acá, a dos cuadras… ¿Te acordás de Dorota? Éramos muy amigas de jóvenes, cuando ustedes eran chiquitos la veíamos seguido, ahora hace unos años que nos vemos menos, pero yo la verdad que guardo un muy buen recuerdo, éramos tan amigas… Y es una alegría, porque teniéndola acá, a una cuadra nomás, puede pasar por casa cuando quiera, nos podemos empezar a juntar de nuevo… Ya les conté a tus tías, y ellas se acuerdan perfecto… Además no sabés qué gracioso, parece que la inmobiliaria que le vendió la casa es de Pichicha, ¿te acordás? Bueno, no, qué te vas a acordar, era una vecina nuestra de la juventud. Y parece que a Dorota lo que más le gustaba de la casa era que iba a estar cerca de mí… Tiene razón, te imaginás, después de tanto tiempo estar a media cuadra nomás… Nos vamos a ver más seguido."

¿Alguien entendió a cuánto queda la casa de Dorota?

sábado, 8 de mayo de 2010

Wtf

Mi madre tiene una respuesta para todo. El único problema es que, claro está, esas respuestas suelen irritarme. Por ejemplo, si yo estoy histérica porque tengo tres trabajos que entregar en dos días, y al tercero, un examen de una materia de la que no entiendo ni el título, y por supuesto no me da el tiempo, incluso limitando mi sueño a unas pobres horitas por día, su solución es:
-“Andá a dar una vuelta, recorré un poco el barrio, andáte hasta la Virgen y rezále y después andá a dormir que mañana vas a amanecer más tranquila”
Sí, más tranquila seguro, pero con la certeza de tener cero en cuatro materias ¡!

viernes, 7 de mayo de 2010

Chan

Uno se cree que conoce a su familia, que su familia es su familia, esa gente que siempre está ahí cerca, dispuesta a aportar en todo momento su amor, su consuelo, y sobre todo, su opinión. Pues uno se equivoca, porque siempre, en algún punto de la vida, recibe esa invitación al casamiento de la que resulta ser la prima segunda, hija esa tía que todos tenemos, sin saber que teníamos…

lunes, 3 de mayo de 2010

Bleu de Chartres

Calzas abajo del jean, dos pares de medias, uno de los cuales de plush, calentadores, botas, remera de material de media can can, remera de manga corta y polera, las tres superpuestas, buzo polar, bufanda tejida, orejeras, campera de abrigo, campera impermeable y guantes…
Digamos que hacía un poco de frío…
Pero yo quería que Pelaya conociera sin falta la catedral de Chartres, así que nos subimos al tren para pasar el día en esa ciudad. Desde la estación hasta la catedral, perdimos sensibilidad en las extremidades. Al entrar a la catedral, sentimos alivio, pensando que adentro íbamos a estar resguardadas. Pero no. A veces, es posible que en el interior haga más frío que en el exterior. La catedral era inmensa, los techos altísimos y los vitrales espectaculares. Una restauración había dejado espléndida la mitad de la catedral, y pudimos escuchar una charla sobre cómo se llevaban a cabo tales trabajos. Bueno, lo esencial de la charla, porque en un momento sentimos que unos segundos más de ese frío y terminábamos como Jack en Titanic…
Así que nos despedimos de la catedral, y entramos en el primer café con calefacción que vimos, para disfrutar de un rico crêpe de Nutella y banana. Con la temperatura corporal parcialmente recuperada, recorrimos brevemente el pueblo, que consiste básicamente en la catedral, una escuela y una estación de tren, y nos volvimos.

viernes, 30 de abril de 2010

Uy, un uniforme de soldado, qué interesante...

Mi hermana tiene una teoría: dice que a mí las cosas me interesan proporcionalmente al interés que le provoquen a mi primito menor. Por ejemplo, según ella, yo nunca hubiera elegido entre todos los destinos del mundo ir a pasar un fin de semana a la parte más desolada de Normandía, recorriendo las muy frías, lluviosas y ventosas playas del desembarco y fotografiando cada artículo expuesto en cada museo y en cada memorial de la Segunda Guerra Mundial si él no estuviera pasando por su etapa “Soy varón y me copan las armas y las estrategias de guerra”.

jueves, 29 de abril de 2010

Comunicado del blog

Tengo terrible idea. Voy a empezar una categoría referida a todo lo que nos ha sucedido en viajes con mi hermana. Por cuestiones de anonimato, vamos a llamarla Pelaya.
Así que la categoría será: “Viajes con Pelaya”

miércoles, 28 de abril de 2010

Ni con el relojito de arena...

Yo puedo ver películas en francés sin subtítulos, puedo resolver los problemas más complicados de matemáticas, puedo diseñar programas para evaluar la performance de mutual funds, puedo determinar las amortizaciones de un proyecto de inversión extranjero en un país en vías de desarrollo, puedo saltar a la cuerda 45 minutos de corrido, puedo hacer la rueda de carro, el paro de manos y el rondat, puedo entretener durante un rato largo a un número importante de niños, puedo hacer un sudoku en 27 segundos…
Pero hay algo, que por más que intente e intente, no logro hacer…
¡¡Sacar el huevo del agua hirviendo en el momento preciso para que el huevo quede huevo pasado por agua y no huevo duro ni huevo crudo!!

martes, 27 de abril de 2010

True Story

Érase una vez dos chicas que venían caminando bastante apuradas por la calle. Apuradas, estresadas, cansadas y cargadas. Volvían en realidad a su casa después de un laaaargo viaje. Y a cada paso que se acercaban de su casa, la ansiedad por llegar crecía. Tan ensimismadas iban, que no repararon en la señora que venía siguiéndoles. Para hacerse notar, ésta decide gritarles, suplicando que paren. Las chicas, preguntándose de qué se podría tratar, la miraron fijo, esperando explicación. La señora se las dio:
-“¡Ay, es que vengo intentando pasarlas hace un rato largo y van tan rápido que no puedo!”
Las chicas, obviamente, no entendieron la situación, pero a esa altura de su viaje ya entendían muy pocas situaciones en las que se encontraban…

True Story

(Post dedicado a mi compañera oficial de viajes)

lunes, 26 de abril de 2010

¿Qué culpa tiene?

Tengo una amiga que tiene una amiga que a los 23 años tuvo la grandiosa idea de quedar embarazada. Y de tener a la nena. O sea que hoy, tengo una amiga que tiene una amiga que tiene 24 años y una hija de 1. Mi amiga y la amiga de mi amiga querían salir a correr el otro día por el parque, así que precisaban a alguien para cuidar a la nena mientras tanto. Así que me pidieron si podía llevar a la nena de paseo por el parque mientras ellas se ejercitaban. Y yo, a falta de excusa creíble, dije que sí. A mi amiga y a la amiga de mi amiga les pareció que la hora ideal para salir a correr o juntarse en el parque, ahora que empieza el verano y el sol pica con rabia, era las 12 del mediodía. Entonces nos encontramos a esa hora, a la entrada del parque, a pleno rayo del sol, para la entrega de la nena. Dicho sea de paso, la nena tenía una lastimadura importante en la frente porque se había caído hacía poco mientras jugaba con su madre. La nena también tenía un sarpullido en los brazos, consecuencia de un virus no contagioso agravado por no haber sido tratado a tiempo. La nena tenía hambre, porque el viaje en ómnibus no había sido suficientemente largo como para permitirle terminar su puré. La nena no tenía filtro solar. La nena tenía olor a caca porque, bueno… sí, hacía un rato ya que se había hecho en el pañal. La nena tenía la cola paspada. La nena no tenía permiso para desabrocharse el cinturón y salir del cochecito durante la hora y media que su madre corriera por el parque.
Y antes de arrancar su corrida, la amiga de mi amiga me cede el coche con su hija adentro, y me dice:
-“Y te digo esto pero no te intimides que se lo digo a todo al que se la dejo: Cuidála que es lo más preciado que tengo en mi vida”
Creo que nunca se me habían ocurrido tantas respuestas a una frase.

Pongamos que

Pongamos que charlando con mi madre se me escapó este comentario:
-“Le compré al gordo un libro que vi en una librería infantil que no sabés lo que es, le va a encantar… Es como una enciclopedia súper didáctica con imágenes muy lindas de todos los deportes extremos de la historia.”

Pongamos que la conversación siguió, pasó por otros temas y este quedó atrás. Pero no por mucho: pongamos que al rato, recibo otro llamado de mi madre diciéndome:
-“Acabo de hablar con tu tía y le conté del libro que le compraste a tu primo… Dice que últimamente está súper interesado con todo lo que tiene que ver con las armas, así que capaz mejor buscar algo de eso. Además creo que justo cuando le hablé estaba tu otra tía, y no le gustó mucho que vos le hicieras regalos al gordo y ella quedara afuera, así que ya fue al shopping a ver si le consigue algún tipo de libro didáctico también… Así que te aconsejo que la llames y le preguntes qué compró para que no le compren las dos el mismo… Sino lo otro que podés hacer es llamar directamente a tu primo y contarle de ese libro a ver qué le parece, no importa que no sea sorpresa… Y capaz que dice algo totalmente distinto que quiere y de repente podés conseguírselo… De todas maneras como te digo, le encantaría algo sobre tanques de guerra, o ametralladoras, o acorazados… Bueno yo no sé nada de armas de guerra, mejor hablá con tu tío y que él te diga qué es lo más interesante. ¿Ya lo compraste el otro libro? Bueno si ya lo compraste no pasa nada, estoy segura que podés ir de nuevo y te lo cambian sin problema… Y si vas, ya que estás, le podrías comprar algo a tu madre, que hace tiempo que me tenés olvidada, ¿no?

Pongamos que en este tipo de situacones, yo me encuentro a menudo…

domingo, 25 de abril de 2010

¿Cómo hacen?

Una duda hay que me carcome…
Hay gente que tiene 1500 amigos en Facebook, mientras vos penás por conservar los 15 tuyos, que si no te borran es porque tu escasez da pena. Y no sólo hay gente que tiene 1500 amigos en Facebook, sino que además, muchas veces, esa misma gente que tiene 1500 amigos es la misma de la que te enterás, cada vez que te conectás, que se hicieron amigos de tres nuevas personas. Y yo me pregunto, ¿no?, esa gente… ¿de dónde saca gente?

martes, 13 de abril de 2010

Multitask

Una cosa que me molesta bastante es el Multitasking.
Bueno, no el Multitasking en sí, yo soy una fiel adepta del Multitasking, lo que me perturba es la gente que se dedica al Multitasking sin la capacidad para hacerlo bien.
Es decir, me da igual si mientras hablás por teléfono conmigo mirás la tele, te depilás las cejas, guardás la vajilla, escribís mails o lo que sea… Siempre y cuando yo no me dé cuenta. Pero si mientras hablamos, yo siento el agua que corre porque estás lavando los platos, el ruidito del msn que te avisa que tenés un nuevo mensaje porque estás chateando con alguien, la cisterna, la conversación que estás teniendo al mismo tiempo con otra persona, el sonidito cuando chupás porque estás tomando mate, y la respiración entrecortada porque estás haciendo gimnasia… Ahí no puedo evitar preguntarme ¿para qué me llamás ? ¿No podías esperar a terminar todas esas cosas ?

miércoles, 7 de abril de 2010

Aló

Yo siempre cuando corto el teléfono digo
-“Bueno, te dejo, un beso, chaaaau”
Pero en realidad, lo que estoy pensando para mis adentros es:
-“Bueno, te dejo porque quiero tirar la cisterna sin que te des cuenta, un beso, chaaaau”

miércoles, 31 de marzo de 2010

La vida no es taan corta

Uno siempre está pensando que la vida es muy corta.
Que cómo pasa el tiempo, que parece que fue ayer, que qué rápido crecieron...

Sin embargo cuando te toca pasillo en un avión, con dos pelotudos al lado sumamente
movedizos que saltan arriba tuyo para ir al baño, y en todos los asientos de alrededor, adelante, atrás, izquierda, derecha, tenés a los miembros de un equipo muy engreído de papy fútbol haciendo su espectáculo de vuelta a los 15, y vos lo único que querés es concentrarte lo suficiente para pasar a la segunda página de tu libro, te aseguro que la vida se te hace de repente muy, muuuuuuy larga.

domingo, 28 de marzo de 2010

How I Met Your Mother: ¿¡por qué no me lo contás de una vez?!

Entre todas mis primas, yo tengo una prima, y esta prima me incitó a ver How I Met Your Mother. Y yo ahora a esa prima ¡la quiero matar! En serio… Cinco temporadas y todavía no se sabe quién piiiiip(inserte mala palabra aquí) es la madre ¡¡!! Que alguien me lo diga yaaaaaaaa.

sábado, 27 de marzo de 2010

Hornallas

Una cosa que odio de las hornallas eléctricas a la antigua es esa manía que tienen de tomarme el pelo... ¿¡Cómo es posible que cada vez que prendo una, y pongo una cacerola o un sartén, y espero, espero, espero a que se cocine, podría esperar horas nomás que nunca se haría porque la que está prendida es la otra?!

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿Buscando tu vagón?

¿Cómo se llama cuando pagás el doble para que tu pasaje de tren sea de primera clase, y cuando llega el día, y subís al tren, te das cuenta de que los asientos son todos iguales, la cantidad de asientos por vagón es siempre la misma, y la única diferencia entre primera clase y segunda clase es el malhumor de ese señor que lee el diario hablando sólo, ése mismo al que justo le tocó sentarse al lado tuyo? Bueno, eso se llama “Te Cagaron”.

Fun facts de la cocina

Cuando uno tiene la intención de hacer arroz, y pone el arroz a hacer, y se olvida de poner el agua, el arroz…bueno…¡se quema!

martes, 23 de marzo de 2010

Vajilla

No sé si sabían, pero si el escurridero para que la vajilla recién lavada se seque lo tenés al lado de las hornallas, no cuenta más como vajilla recién lavada, porque el sartén salpica, salpica, salpica… A mí aunque no lo puedan creer me lo tuvo que hacer ver mi hermana, yo solita no me hubiera dado cuenta jamás…

A veces me pasa

A veces me pasa que quiero entrar a mi mail, entonces entro a la página principal, pongo mi dirección de correo electrónico, pongo mi contraseña, y le doy Enter, y me dice que hay algo mal… Entonces pongo mi contraseña de nuevo, y le doy Enter, y me sigue diciendo que hay algo mal… Entonces pongo mi contraseña de nueeeevo, y le doy Eeeenter, y me siiiiigue diciendo que hay algo mal… Y el proceso dura varios minutos…¡Hasta que me doy cuenta que en mi dirección de correo electrónico había escrito hotmail.cAm!

lunes, 22 de marzo de 2010

¿Y ahora qué hago?

Lo que está buenísimo en esas grandes avenidas con dos semáforos es que los dos estén coordinados, ¿no?, porque eso de quedarte parada en el canterito entre los autos que van y los que vienen no es tan divertido…

sábado, 20 de marzo de 2010

Ahhhhhhh

No soy inmune...
Si me rompés las bolas, me va a romper las bolas.
Si me hacés enojar, me voy a enojar.
Si te ponés irritante, voy a estar irritable.
No sé por qué hay gente que supone que uno es inmune.

Yo nunca...

Yo nunca fui en el ascensor emabaladísima cantando "No la dejes ir, no la dejes ir, Porque te lo digo yo, Quién es Violeta, Que se lleva mi corazón" con los auriculares puestos, bien cerquita del espejo, apretándome granos, cuando las puertas se abrían para dejar entrar al vecino del 5°...

jueves, 18 de marzo de 2010

A explotar...

Yo conocí a alguien tan pero tan pancho, que cuando fue a visitar un castillo muy turístico y lo recibieron varios policías y bomberos diciéndole que estaba cerrado por el día, para que ellos desarmaran una bomba que había aparecido en el lugar, en vez de decirse « uy yo de acá me rajo » se dijo « la concha del tero! Yo quería ver el castillo. Yo me quedo por la vuelta por si terminan pronto con eso y vuelven a abrir... ».

martes, 19 de enero de 2010

Mails al pedo

Hay una cosa que me crispa bastante, y es eso de que alguien te escribe un mail, vos le contestás el mail, la persona te contesta tu contestación, y al tiempo, cuando se hablan por teléfono o se ven, te vuelve a plantear todo lo del mail como si el mail y su respuesta nunca hubieran sucedido.
No sé qué problema tiene la gente con asumir que lo que se pone en un mail se da por dicho.

domingo, 10 de enero de 2010

Verano en Punta

Toda persona que veranee en Punta del Este estructuralmente, o haya veraneado en Punta del Este circunstancialmente, sabe que en ese balneario existe un verbo, tan exclusivo que sólo se puede usar en esa parte del mundo. Exactamente, el verbo “gorlerear”. Nos podemos hacer los desentendidos, podemos intentar hacer de cuenta que no, no hemos gorlereado en la vida, que siempre estuvimos por encima de ese tipo de plan. Podemos, pero nadie nos creería, porque en el fondo todos sabemos, y de sobra, que cada ser que pasó por la Península pasó en algún momento por la etapa del gorlereo. Yo lo reconozco, orgullosa de mi pasado: yo gorlereé. Y gorlereé feliz. Sin embargo hoy, bastantes años después, intento recordar, y no me explico… Y me pregunto ¿Qué mierda quiere decir gorlerear?
En serio, uno se para en la calle Gorlero, junto a algunos compañeros de banda, y ¿qué hace?
Yo no me acuerdo lo que yo hacía, porque se ve que no era nada muy trascendente, pero hoy por hoy, cada vez que tengo que salir a hacer algún mandado de noche, a esa hora que es un poco tarde como para que los púberes se sientan adolescentes pero no tan tarde como para que sus padres prohíban el plan, encuentro la calle plagada, en todas sus esquinas, tiendas y restaurantes, de grupos de chiquillos. Y esa pregunta no deja de surgir… En serio, ¿qué mierda hacen? Se lo pregunté a mi hermano, que está justo en la edad pico del gorlereo, y no supo explicarlo muy claramente, pero por lo que entendí, básicamente, quedan en juntarse todos en un punto, entonces en ese punto están un rato largo, hasta que incluso los más demorones llegaron. Luego, (como todos ya cenaron, porque encontrarse a la hora de cenar sería demasiado temprano) lo que les queda es tomar un helado. Entonces se dirigen hacia alguna de todas las heladerías que la calle ofrece. Hacen una hora de fila por el heladito. Y piden todos un heladito, todos menos uno, porque ese uno quería el heladito de la otra heladería. Entonces van para la otra heladería, y hacen otra hora de fila. Y después, caminan hasta la punta de Gorlero, y cuando llegan, dan vuelta y caminan hacia la otra punta. Y si no tienen nada de qué hablar, entran en la feria de artesanías, por inercia nomás, porque saben de antemano que nadie comprará nada. Pobres púberes, qué van a comprar si una pulserita te la cobran 50 dólares, y todavía eso, ¡los precios se los dan en dólares! Y mientras hacen el cálculo de conversión, se dan cuenta que es la hora que quedaron en encontrarse con los padres para que los llevaran de vuelta a casa.
Y yo escucho a mi hermano… Y yo me pregunto… ¿Esto hacía yo en mis noches esteñas de preadolescente?