martes, 18 de mayo de 2010

Trenes

Esta anécdota corresponde a un viaje que con Pelaya hicimos hace bastante tiempo… Creo que incluso fue nuestro primer viaje solas y durante varios días afuera del país.
Y bueno, resulta que en nuestro destino turístico, para conocer también las ciudades cercanas, quisimos tomar un tren. Hoy por hoy, las dos ya hemos tomado infinitos trenes, de todas clases, tipos, velocidades y categorías. Pero en aquel entonces, habiendo crecido en un país de distancias chicas y sin trenes de pasajeros, nuestra cultura ferroviaria se limitaba a referencias en películas o libros. (Estoy tratando de justificarme para lo que van a leer en unas líneas). Salimos a buscar la estación, y como se nos dificultó el proceso de orientación, paramos a preguntarle a alguien dónde se encontraba… El afortunado nos señaló la construcción que estaba justo adelante nuestro. Yo no sé cómo me habría imaginado que serían las estaciones de trenes, pero seguro no era como la que estaba viendo, porque mi respuesta fue :
-« Ah… Y los trenes, ¿dónde están ? »
A lo que la persona respondió, pacientemente, que estaban adentro, y que las vías estaban del otro lado, dirigiéndose a las afueras de la ciudad…

Y de esa manera le regalé a mi Pelaya querida una oportunidad única de burlarse de mí for ever and ever…

1 comentario:

  1. ya me había olvidado de esa anécdota jajja
    saludos

    Pelaya

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