miércoles, 28 de diciembre de 2011

No es para mi

Estamos mi hermano y yo haciendo nada, tranquilamente, cuando de repente suena el teléfono. El, haciendo uso de toda la inteligencia correspondiente al superdotado que me quieren hacer creer que es, llega a la conclusión de que nos conviene que atienda yo. Así que atiendo yo, y después de que corto, él pregunta:

- ¿Quién era?
- Equivocado
- ¿Cómo que equivocado, si dijiste “hola mamá”?
- Era mamá que se equivocó, en realidad quería llamar a la tía

viernes, 23 de diciembre de 2011

Instructivo

Mis reglas son simples.

  1. No me hables en el gimnasio
  2. No me hables en el ómnibus
  3. No me hables en el ascensor
  4. No me hables si tengo los auriculares puestos
  5. Definitivamente no me hables si tengo los auriculares puestos en el gimnasio, el ómnibus o el ascensor
  6. En la playa sólo podés hablarme si estoy vestida. Ni se te ocurra acercarte si estoy en bikini tomando sol. Meter la panza durante media hora mientras me contás que el hijo de tu vecino está estudiando dermatología es mucho trabajo para mí.
  7. En el supermercado sólo podés hablarme si estamos en la fila para pagar, hay mucha gente y la cajera (o el cajero) es lenta(o). Ni se te ocurra acercarte si estoy en la góndola de las toallitas higiénicas. Lidiar con situaciones embarazosas, de nuevo, es mucho trabajo para mí.
  8. Si creés que me conocés de algún lado pero no estás seguro(a), quedáte con la duda, y por favor, no me hables. Explicarte que no te conozco o hacer de cuenta que no te conozco es, una vez más, mucho trabajo para mí.
  9. Si estás pensando en pedirme la hora, no me hables. Darte la hora, bueno, no es tanto trabajo para mí, pero me embola.

Mis reglas son simples. Y bueno, si te parece que no son tan simples, si te parece que son demasiadas y pensás que no podrás recordarlas todas, hagamos así, te las resumo en un solo punto: No me hables.

Y mi madre sigue insistiendo en que no entiende cómo sigo soltera...

lunes, 19 de diciembre de 2011

Tangram

Mi madre, dirigiéndose al vendedor del puesto de acertijos y puzzles artesanales, en el que habíamos estado chusmeando un rato largo:
-“Usted sabe que me sorprendió mucho mi hija, una decepción brutal, yo estaba segura que ella con lo inteligente que es iba a poder armarle la especie de Tangram esa que tiene, pero vio que le costó un montón y no pudo… Ni ahí, ni cerca, un mamarracho le quedó la figura. Las madres siempre pensamos que nuestros hijos son un poco más capaces de lo que en realidad son.”

Respirá hondo. Contá hasta diez.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Home sweet home

Mi madre, con MI computadora en su regazo, me llama:
-“Oliviaaaaaaaaaaa”
-“¿Sí, mami?”
(mentira, le contesté de manera un poco menos gentil)
-“¿No querés revisar tu mail que acá lo tengo abierto? Acá parece que tu colega Carlitos te mandó un mail, y la tienda esa de cosméticos que a mí tanto me gusta te mandó un mensaje con el nuevo prospecto. Creo que la crema que te pedí está de oferta.”

De vuelta a casa por las fiestas. Respirá hondo y contá hasta diez. Ese es mi nuevo pasatiempo. Respirar hondo y contar hasta diez.

domingo, 20 de noviembre de 2011

I'm gonna take that as a compliment

“Noté que estás más flaca… Te queda bien. Bueno, más flaca que hace dos semanas por ahí, cuando en realidad estabas bastante más gorda que digamos hará cuatro semanas.”

Y esto fue lo más cercano a un cumplido que se me ha dicho en meses. En serio.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Qué atrevimiento...

Estoy en estado de shock. No lo puedo creer. Estoy anonadada. Creo que estoy sufriendo de post traumatic stress disorder. No sé cómo lo voy a superar…
Esta mañana, en el ómnibus, camino al trabajo,… Ay, no sé si tengo las fuerzas para contarlo. Es como revivir ese fatídico momento… Tengo que ser fuerte, si no lo saco de adentro nunca podré salir adelante.
Bueno, esta mañana, en el ómnibus, camino al trabajo, había una madre, con su hija. Una niña muy adorable y muy chiquita, en su cochecito. Estaba en esa edad en que los niños son sumamente charlatanes porque hace poco empezaron a hablar entonces quieren expresar todo lo que puedan. Totalmente comestible, fue todo el viaje preguntándole cosas a su madre, quien pacientemente le iba aclarando cada una de sus dudas.
“Sí, mi amor, la puerta se abre y la gente baja”
“Sí, princesita, él está escuchando música”
“Sí, corazón, en la vereda hay un perro”
“Sí, mi vida, vamos a visitar a la abuela”

Hasta que lo dijo. Eso. La niña me había señalado a mí por alguna razón, y yo, totalmente derretida, le había sonreído. Y la madre comentó:
“Decíle chau a la señora que nos bajamos”
 
¿Señora? ¿¿¿Señora??? ¿Señora yo?
Señora a mí… A mí, que tengo 23 años. ¡23! Casi casi que se podría decir que soy una quinceañera.
¡Cómo se atreve!
¡Señora será usted!

martes, 1 de noviembre de 2011

Adultez

Tengo un comunicado muy importante que hacer: hoy di un paso definitivo hacia la adultez.
Me compré el coso ese para cortar el huevo duro en rodajitas.
Exacto.
Mi propio utensilio de cocina.

domingo, 30 de octubre de 2011

Sexo, droga y rock and roll!

Sólo que en vez de sexo, mirar la tele.
Y en vez de droga, helado con salsa de chocolate.
Y en vez de rock and roll, pop-rock latino.

I know, very very sad…

viernes, 28 de octubre de 2011

Ugly Betty

Si cada vez que te encontrás con alguien que no ves hace años, ese alguien te mira incrédulo y comenta “pero qué bonita que estás ahora”, no podés no preguntarte… ¿tan fea era de niña?

jueves, 27 de octubre de 2011

No dejo de sorprenderme

La verdad es que dada mi poca habilidad para pintarme las uñas de las manos, ya tenía muy poca fe en mi motricidad. Como dicen en las películas, “the bar was set pretty low”. Y sin embargo, cuando decidí pintarme por primera vez yo misma las uñas de los pies, logré decepcionarme. Y eso es mucho decir… O sea, yo no es que tenía la esperanza de que no se notaran las pinceladas que doy, o de que no quedara el color más oscuro en algunas uñas y más claro en otras, o de que no se me escapara el esmalte para los bordes de las uñas, no, soy realista. Pero de ahí a encontrarme esmalte en el talón…

miércoles, 26 de octubre de 2011

I think you have the wrong person…

Antes de empezar con la siguiente historia (historia que por cierto es real) quiero aclarar que yo vivo en una residencia de jóvenes, bien típica, de esas donde los baños y la cocina son compartidos, y donde siempre, siempre, hay joda.

Esta historia se sitúa entonces en tal residencia. Acá va.

Estaba yo en patines (clara señal de que iba a salir a patinar muy próximamente, ¿no?) en la cocina, para agarrar una botella de agua de la heladera para hidratarme en la patinada. En la cocina había también en ese mismo instante otro chico, uno de esos latinoamericanos que se cree que el simple hecho de que seamos los dos latinoamericanos nos hace, no sé, mejores amigos, almas gemelas, inseparables. Y para acentuar ese vínculo que él cree compartimos, cada vez que me ve me hace algún comentario del estilo: “En un diario colombiano salió hoy que la presidenta argentina cruzó la calle sin mirar a los costados” o “Vi un video en youtube del chico uruguayo que en el Mundial Sub 12 del 93 metió un gol contra Ecuador” o “El otro día conocí a alguien de Asunción. Ah, no, esperá, ¿Asunción era en Uruguay o Paraguay?”.
Se van haciendo una idea del nivel de simpatía que tengo hacia este personaje.
Y ahí estaba yo, con mi botellita de agua en mano, dispuesta a salir a patinar, rezando para que su relato terminara pronto, cuando me dice:
“¿Te quedás un rato en la cocina?”
Mi respuesta: “¿¿¿¿¿????”
Él prosiguió: “Es que estoy poniendo estas papas en el horno, y quiero ir a hacer unos mandados. Tiré el paquete con las indicaciones así que no sé exactamente cuanto lleva, pero si te quedás por acá, ¿no me las controlás? Y que no se quemen, eh, jajaja”

Sí, jajaja le contesté yo… 
 
Creo que se equivocó de persona… No sé, creyó que yo era la novia, la madre, la empleada, alguien con paciencia, alguien a quien le importa en lo más mínimo que él coma papas quemadas…

martes, 25 de octubre de 2011

¡Pero qué inteligente este niño!

Una cosita nomás. Una aclaración que quiero hacer. Señor, señora. Todos creemos que los niños de nuestra familia son superdotados. Todos miramos a los bebés de nuestra familia convencidos de que son mucho más inteligentes que los otros bebés de su edad. Todos. Y a todos nos encanta hablar del tema, felicitarnos por los logros de tal niño o tal bebé. Pero hay una gran verdad que muy pocos tienen en cuenta. Y es la que dice que a todos nos gusta escuchar a nuestros parientes afirmando que los bebés de la familia son avanzadísimos, pero escuchar a gente externa contar que los bebés de su familia lo son, no tanto…
Así que señor, señora, si en su familia hay un bebé, no se prive de comentar cuán adelantado es, pero en familia. Afuera, no. Y ni hablar si su bebé tiene 28 años…
Corre el serio riesgo de que alguien, algún día, le conteste…

lunes, 24 de octubre de 2011

Pimp my ride

¿Vieron esos lugares que en la entrada tienen un mostrador de “Lost and Found”? Bueno, el supermercado de la esquina de mi casa es así, a la entrada tiene un mostrador detrás del cual hay un placard con puertas de vidrio y cerrado con llave en el que se exponen todas las cosas que la gente ha ido perdiendo y olvidando en las tenebrosas góndolas del comercio. Ya sé, muy chic, muy glamour, muy de película estadounidense, y sobre todo, muy gracioso. Pero lo que les quiero contar es que el otro día mientras hacía la fila para pagar mis artículos (todos muy sanos, claro está), me puse a observar lo que había en ese placard de “Lost and Found”. Y me quedé anonadada. Entre muchas cosas no muy interesantes, había tres monopatines. Sí. Un, dos, tres. Tres monopatines.
¿Cómo hace alguien para llegar a un lugar en monopatín e irse caminando? En serio. ¿Cómo? Y peor aún… ¿Cómo hacen tres personas juntas para llegar en monopatín e irse caminando? ¿Ninguna de las tres fue capaz de acordarse de que a la ida no venía apoyando los pies en el asfalto? Porque no me van a decir que fueron tres olvidos separados, independientes. Eso sí que sería demasiado. Que tres personas diferentes, sin ninguna relación, se hayan encontrado, en tres ocasiones diferentes, en la insólita situación de ir a hacer las compras en monopatín y volver a pie. Sería muy fuerte. Y si uno es muy muy cínico y tiene muy muy poca fe en el ser humano puede decir que hay una tercera opción… Que sea la misma persona, que en tres ocasiones diferentes haya olvidado su monopatín en el supermercado de la esquina de mi casa. “Uy, no sabés, otra vez me tengo que comprar un monopatín porque volví a perderlo. Ya no sé ni dónde tengo la cabeza.”

domingo, 23 de octubre de 2011

Es el colmo

¿Sabés cuál es el colmo de la gente pelotuda? Quiero decir, el colmo de la gente con demasiado tiempo libre, la gente con muy pocas cosas que hacer. Ese momento a partir del cual te decís “ta, esta persona no está ocupada para nada, no tiene ningún lugar en el que estar, nadie que la esté esperando”. ¿Sabés cuál es?

Ese momento, es el preciso momento en que te das cuenta que alguien, en su cocina, tiene balanza para pesar alimentos e ingredientes. Porque seamos honestos, ¿quién tiene tiempo y paciencia como para andar pesando los 200 gramos de harina que lleva la torta en lugar de usar el viejo y querido método de la medida a ojo, método que, dicho sea de paso, durante décadas ha demostrado ser muy eficaz? Sólo alguien con mucho tiempo libre…

sábado, 5 de marzo de 2011

Las cosas que hay que oír…

Una compañera de clase, fumadora, me dice:

-“No sabés qué terrible… Mi adicción llegó a tal punto que ahora empecé a comprar las cajas de 25 cigarrillos… Y será psicológico, pero te juro que siento que me duran más que las de 20.”

True Story

viernes, 4 de marzo de 2011

Es para vos

Cuando suena el teléfono en mi casa, yo ya sé quién es. Es mi madre. Y cuando uno corre a atender el teléfono sabiendo quién es, no corre a atender el teléfono igual que si no supiera quién es.

martes, 1 de marzo de 2011

Peluquería

La manera más rápida y segura de romper amistades:
Pedíle a una amiga que te corte el pelo.

Cómo decirlo…

Y... Cómo te lo puedo decir… No sé… A ver, qué me pareció…

No es que me haya caído mal… Pero como que la veo, y me hace pensar en una víbora.
En el buen sentido, claro.

sábado, 26 de febrero de 2011

Gente que no...

La gente molesta, sí, me molesta. No hay vuelta que darle. Y me molesta más todavía cuando esa gente molesta te pide un favor súper molesto, y vos accedés, y en vez de agradecerte y punto, y asumir que son molestos, no, te preguntan quince veces si no te molesta, y vos terminás repitiéndole al molesto quince veces que esa molestia que te encomendó, no, no, no te molesta para nada…

jueves, 24 de febrero de 2011

KFC

Una persona que me irrita profundamente es esa persona que va a comer contigo a KFC y cuando estás a punto de morder tu pollo te dice “sabés que eso no es pollo, ¿no? es una especie de invento sin plumas ni pico”, o que va a comer contigo a McDonald’s y cuando estás por empezar tu hamburguesa te dice “sabés que se rumorea que hay gusanos ahí adentro, ¿no?”.
Todos conocemos a alguien así. Y todos queremos comer nuestro combo en paz.

domingo, 6 de febrero de 2011

Starbucks

Estábamos paseando con mi hermano por una de esas grandes avenidas turísticas, cuando pasamos delante de un Starbucks. Yo, entusiasmadísima, por supuesto, le propuse hacer una pausa en nuestro recorrido y entrar a tomar y comer algo. El me contestó:
-“No sé, no me gusta tanto en realidad, el otro día vine con unos amigos, y ¿sabés que sólo sirven café y té? No tienen refrescos… Yo no sabía qué pedirme… Sólo café hay…”
Y ahí, petrificada, me hice por primera vez esa pregunta, que todos en algún momento nos hacemos : Mi hermano, ¿será adoptado?

martes, 4 de enero de 2011

Stade de France

Fuimos con mi hermano a hacer el recorrido del Stade de France, una visita guiada por todos los recovecos del inmenso estadio. Al empezar el tour, el guía juntó al grupo y nos preguntó cuántos de nosotros ya conocían el lugar, y para qué habían ido. Una señora, entusiasmadísima, gritó a todo volumen, asegurándose de que todos nos enteráramos:

-“Yo vine dos veces: una para el recital de Johnny Hallyday y otra para el de Céline Dion”

Sí, sí… Hay gente para todo.

sábado, 1 de enero de 2011

Apuesta

Mi hermano me discutía que una palabra se escribía de tal manera, y yo le porfiaba y porfiaba que no. Y me daba bronca que me siguiera discutiendo, porque yo sabía que tenía razón. Así que para terminar de una vez con el tema, le propuse “Te apuesto lo que quieras” y él me contestó “Dale, yo ya sé que gano, así que elegí vos, apostamos lo que se te ocurra”. Y pensé un rato qué podría apostarle, hasta que se me ocurrió algo genial: “Cuando encarguemos al delivery de pizza, vos elegís las tres”. Él me miró incrédulo, sin entender mucho, y después que le expliqué que cuando yo encargo pizzas me pido tres, no paró de reírse durante un rato largo. Me sentí muy gorda.

Y para colmo, respecto a la ortografía de la palabra, tenía razón él…