miércoles, 28 de diciembre de 2011

No es para mi

Estamos mi hermano y yo haciendo nada, tranquilamente, cuando de repente suena el teléfono. El, haciendo uso de toda la inteligencia correspondiente al superdotado que me quieren hacer creer que es, llega a la conclusión de que nos conviene que atienda yo. Así que atiendo yo, y después de que corto, él pregunta:

- ¿Quién era?
- Equivocado
- ¿Cómo que equivocado, si dijiste “hola mamá”?
- Era mamá que se equivocó, en realidad quería llamar a la tía

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