sábado, 14 de noviembre de 2009

¿A qué piso?

A través de los olores del ascensor uno descubre todo sobre la vida de sus vecinos. Y eso resulta bastante irritante, sobre todo cuando te invade ese olor a cigarrillo impresionante y deducís que uno de tus vecinos es un fumador excesivamente compulsivo porque o fuma hasta en el ascensor, o tiene un olor tan fuerte impregnado en su ser que va dejándolo por donde pasa. O cuando sentís ese aroma molesto y penetrante del perfume floral usado en demasía, y te decís que probablemente haya sido la vieja del quinto, la más propensa a usar ese tipo de fragancias y en demasía. Lo peor es cuando sentís ese olor a pizza recién hechita y llegás a la conclusión que los chicos de abajo encargaron a la pizzería de la esquina, y tu estómago te maldice porque no tenés ni idea de qué enontrarás para cocinar en tu apartamento…

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