Cosas...

Yo creo que las cosas que más detesto son esas cosas muy propicias a perderse. Porque no todas las cosas tienen la misma propensión a perderse. Para la gente que usa lentes, éstos son el más claro ejemplo de esos objetos que podemos pasar horas buscando. El celular es otro. “Pero si lo perdí lo hago sonar y listo” dirán ustedes, pero hay que tener en cuenta que cuando se pierde, muy probablemente estuviera en modo silencioso… Y las llaves… Otra de esas cosas que cada vez que vamos a salir nos atrasan. Y esto vale para cualquier tipo de llaves: cuántos minutos perdés en total al día buscando las llaves de la casa, del auto, de la oficina (ni hablar de la gente con vidas más complejas que tienen hasta llave del candado del gimnasio).
Ah! y hablando de llaves, como me crispa esta llavecita que tengo en el llavero hace varios años y ya ni recuerdo qué abre! Y ni hablar de la llave del candado de la bici que no toco desde los trece, que esta ahí, en ese tachito donde todos los miembros de la familia meten disimuladamente todo lo que no saben para qué sirve…