Decíme si no es muy gracioso que cada vez que vas a tomar algo, antes de poder disfrutar del primer sorbo tenés que mirar uno a uno a todos los de tu mesa, quienes te ponen la misma cara de figuras embalsamadas con ojos profundos y espeluznantes que vos les estás poniendo a ellos (esa cara que te hace parecer un perfecto idiota al mismo tiempo que asusta).
Y todo simplemente porque a algún vivo se le ocurrió una vez correr el rumor de que si no se brinda mirando a los ojos a la otra persona no sé bien qué desgracia ocurrirá…
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